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¿Se les olvidan las cosas? Conozca cómo desarrollar la capacidad de retención y memoria en los hijos

Como adultos nos enfrentamos constantemente a esos momentos en los que olvidamos un dato o una información. Esta condición se puede prevenir si desarrollamos en nuestros hijos su capacidad de retención.


El olvido es un proceso natural en todo ser humano, en el que se deterioran o se pierden conocimientos ya adquiridos. Según estudios realizados por el psicólogo Herman Ebbinghaus, la mayoría de las fallas en la memoria se producen inmediatamente después de recibir la información.

El especialista describe este proceso de la siguiente forma:

- En el plazo de una hora se olvida más de la mitad del material original.
- Nueve horas después, se ha perdido un 60%.
- En el plazo de un mes, un 80%.

Estimular la capacidad de retención es un ejercicio factible a todas las edades; sin embargo, si el interés es que sean nuestros hijos quienes le hagan frente a esta tendencia y mantengan su mente activa, existe una sencilla técnica que permite lograr resultados extraordinarios.

El repaso como motor de retención



El repaso permite disponer y reforzar informaciones que se han aprendido anteriormente para situarlas en la memoria a largo plazo. Esta actividad ha ido adquiriendo importancia en las diversas metodologías de enseñanza pues estimular la capacidad de retención en niños y jóvenes es un requisito cada vez más indispensable en el sector educación.

¿Cómo repasar de forma efectiva?



Las investigaciones sugieren que el primer paso para un repaso efectivo consiste en dividir las sesiones de estudio de nuestros hijos en sesiones de 45 minutos; e intercalarlas con descansos de 5 a 10 minutos. De esta forma, según Ebbinghaus, ellos serán doblemente doblemente productivos.

Dentro de estas sesiones otra consideración clave es hacer pausas durante la lectura para analizar brevemente la información que se está leyendo, permitir que el cerebro la asimile, para luego resumirla en una frase o palabra. Con ello se crean marcadores mentales que permitirán recordar más rápidamente el contenido que se está estudiando.

En cuanto a la decisión de repasar de formar oral o escrita, los estudios de Ebbinghaus aseguran que el aprendizaje es más rápido de forma oral pues el niño o joven aprende tanto al hablar como al escucharse a sí mismo; pero si lo que se pretende es memorizar, el repaso escrito resulta más útil pues la vista favorece el fijar la información.

No olviden que…



El tiempo ideal para hacer el primer repaso es 8 horas luego de haber recibido la clase y para el segundo, 8 horas después del primer repaso. De este modo, y según Ebbinghaus, la posibilidad recordar lo aprendido al cabo de un mes puede aumentar hasta el 60%.