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Técnicas para Padres Efectivos (Parte 2)

¿Vivir con dirección o sin dirección? Vivir requiere un esfuerzo, pues todo el tiempo nos toca sobreponernos a obstáculos, resolver problemas y luchar. El mismo esfuerzo requiere vivir con dirección o sin la misma. ¿No será mejor vivir con dirección? Platiquemos ahora del segundo hábito:


Hábito 2: Empezar con el fin en mente



  • Roles de la vida. Todos tenemos varios roles en la vida. Por ejemplo, yo soy padre, hermano, hijo, esposo, jefe, creyente, amigo, etc. Nuestros hijos son estudiantes, hijos, deportistas, niños, etc. El primer ejercicio entonces es definir qué roles estamos viviendo cada uno.

  • Cómo deben ser las metas. La premisa con la que quiero empezar es que, llega más lejos el que sabe a donde va y tiene un plan, que el que no. Imagínense ustedes remando en el mar sin saber a donde van. Podrán hacer mucho esfuerzo, pero posiblemente no lleguen muy lejos porque a veces irán al norte y luego al sur, pudiendo terminar en el mismo lugar que empezaron, y lo hicieron con mucho esfuerzo. La pregunta es si ¿queremos vivir acorde a nuestro plan o queremos ser parte del plan de alguien más?


Las metas tienen ciertas características:

  • Específica. No pueden ser vagas, no debe haber dudas de lo que quiero alcanzar. Por ejemplo, una meta académica de sus hijos puede ser tener un promedio de 90 puntos, eso es específico. El contra ejemplo es decir, “quiero una buena nota”. Esa no es una buena meta porque no sabemos exactamente qué significa “buena”.

  • Medible. Esto nos permite saber si estamos mejorando o no, si la estamos alcanzando la meta, o no. Usando el ejemplo anterior podemos decir que, si saqué 88 estoy claro que me faltaron 2 puntos. Lo que no se mide, no se mejora.

  • Alcanzable. Si nuestra meta es imposible de alcanzar nos vamos a frustrar y posiblemente la abandonemos. No importa que las primeras metas sean bajas, lo importante es retarse para irlas mejorando poco a poco. Por ejemplo, si en una clase que le cuesta a su hijo, obtiene 60 puntos de promedio, una meta alcanzable puede ser obtener 65, y poco a poco subirla hasta llegar a un promedio en donde se sienta satisfecho.

  • Realista. Si la meta es alcanzable, pero implica tener que dejar de hacer todo lo demás que hago para alcanzarla, no es una meta realista. Posiblemente, si sus hijos se dedican tiempo completo, pueden sacar un promedio de 100, pero dejarían de hacer su deporte, de divertirse y de ser niños, por lo que la meta no sería realista.


Especificar tiempo, cuando establecemos metas decimos cuándo la queremos lograr. En ese momento toca ver si la alcanzamos o no, analizarla y establecerse la siguiente meta. Esto nos permite mejorar constantemente.

Establecer metas. Ahora que ya sabemos hacer metas, toca establecerlas. La forma que recomiendo es hacerla por cada rol. Por ejemplo:

  • Rol de estudiante. Recomiendo que las metas académicas sean establecidas por materia, no promedio general. La razón es que habrán materias que le cuestan más que otras, por lo que la meta en una materia puede ser 90 y en la otra 75. Otra meta puede ser salir limpio (debiera ser la mínima de las metas). Si el problema de su hijo ha sido la disciplina, una meta puede ser no tener más de 10 faltas menores en el año. Algo que logran las metas es mantenernos conscientes de lo que estamos haciendo. Si la meta es mantener un promedio de 90 y en una tarea saco 70 estoy consciente que estoy muy por debajo de lo que quiero lograr. Si no lo tengo consciente, cualquier nota es aceptable.

  • Rol de hijo. Es ideal que esta meta sea combinada con la meta de los padres. Por ejemplo, una meta puede ser salir a divertirse en familia una vez al mes, o jugar un juego de mesa una vez por semana, o compartir una actividad, una vez cada quince días. Esta meta es para mejorar la relación padre (madre) – hijo(a).

  • Rol de deportista. Ejemplo de metas pueden ser: Lograr entrar al equipo de fútbol, estar entre los primeros 5 en tenis, bajar mi tiempo a 10 segundos en la carrera de 100 metros, ser el campeón de karate, etc.

  • Rol de niños. Aquí puede ser divertirse con amigos, ver televisión, jugar en la computadora, etc.


Cuando hice el ejercicio con mi hija me decía, “papa, ni modo que voy a hacer una meta para divertirme”. Para ella esto era exagerado. Puede ser, pero cuando analizamos para atrás, a veces lo que resulta “obvio”, no lo hicimos en el último mes. Nuevamente, las metas nos mantienen atentos para lograr hacer todo lo que quiero y debo hacer. Nos ayudan a vivir una vida más en balance.

¿Qué piensan?