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La risa, una potente herramienta que puede mejorar el rendimiento escolar

Aunque muchos no lo crean, la risa es una potente herramienta para aumentar la motivación y el rendimiento escolar. Los profesores que la utilizan, ya han descubierto muchas de sus ventajas. Pero hay que ir con cuidado


El humor en el salón de clase, es una interesante herramienta que se debe tener en cuenta al momento de enseñar, sin embargo, los profesores deben estar muy atentos para mantener siempre el control y no permitir que lo que comienza con risas termine en una situación de caos.

Cuando reímos se liberan endorfinas, un neurotransmisor que nos ayuda a lograr una sensación de bienestar. De aquí la justificación de que la risa sea usada para liberar tensiones e incluso llegar a aliviar el dolor.

Cuando los jóvenes se ríen, se genera un bienestar físico y emocional, se libera el stress, se potencia la motivación y las ganas de aprender, por lo cual, especialistas del tema coinciden en que los efectos de la risa en el aula ayudan a mejorar el rendimiento escolar.

No se trata de caer en carcajadas sin ningún motivo o en base a chistes sin ningún tipo de relación a lo que se está tratando, sino en el uso de una herramienta que puede ser muy positiva para que los alumnos puedan relajarse un poco y abrir su mente a conceptos, metodologías y ejercicios que se propongan.

La alegría que se puede crear en las Aulas, refuerza las relaciones y comunicaciones entre estudiantes y profesores si se hace de forma adecuada. Reír juntos es un momento donde se produce sinergia y se dan las condiciones para iniciar un buen trabajo en equipo. Algunos psicólogos infantiles, aseguran que la risa refuerza las habilidades sociales y favorece la concentración.

No obstante, el uso del humor en las Aulas aún cuenta con mucha resistencia debido a que si no se maneja de forma adecuada y medida, puede ser objeto de malas interpretaciones, descontrol del aula, falta de respeto o deviación de los objetivos planteados. Es por esto que es indispensable un proceso de planificación previa al uso de esta técnica, donde se tengan muy claros los objetivos, donde no se abuse de la risa, donde se tenga muy claro cómo mantener y recuperar el control en casos extremos. No se trata de tener miedo al usarla, sino de dominarla para obtener los objetivos planteados sin generar ningún tipo de problema.

Se calcula que los niños ríen 10 veces más que los adultos y esto es un potencial que debe ser aprovechado. Potenciar la alegría nunca será una mala estrategia.