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Golestan Education. ¿Se puede enseñar empatía a los niños?

¿Qué tan necesaria es la empatía en la educación de los niños? En su forma más simple, la empatía es la conciencia de los sentimientos y emociones de otras personas. Va más allá de la simpatía, que a menudo se piensa que se siente por alguien y, en cambio, se siente con esa persona.


Cuando somos empáticos con otra persona, pensamos antes de hablar o actuar, y en su lugar, buscamos la forma de hacer que se sientan apoyados, amados, cuidados o simplemente comprendidos. Esta mentalidad implica la necesidad básica de respeto y el conocimiento de que debemos tratar a los demás como queremos ser tratados por nosotros mismos.

Yalda Modabber es la directora y fundadora de Golestan Education, un programa preescolar y extracurricular en persa en Berkeley, California que colabora con Escuelas para enseñarles empatía a los estudiantes.

Los niños y adolescentes empáticos tienen más probabilidades de participar en comportamientos sociales positivos, como compartir o ayudar a otros. También son menos propensos a ser antisociales y exhiben comportamientos agresivos incontrolados. Esa es una gran razón por la cual los educadores han estado dedicando más atención a la empatía en los últimos años, integrándola más profundamente en las escuelas y los planes de estudios. Y algunos de estos esfuerzos se centran en la educación de la primera infancia.

De hecho, la investigación sugiere que cuanto antes aprendamos a sentir empatía, mejor seremos a largo plazo. Las personas expuestas a la empatía más temprano en la vida tienen beneficios emocionales mayores y más duraderos que aquellos expuestos a ella más tarde, o no lo hacen en absoluto.

¿Deberíamos enseñar empatía incluso a los estudiantes más pequeños? ¿Podemos? La respuesta a ambas preguntas parece ser sí.

Nacido para la empatía



Nuestra capacidad para sentir empatía comienza muy temprano en la vida. De hecho, los bebés de 8 a 14 meses de edad pueden mostrar signos tempranos de empatía, como la preocupación por un padre si están heridos o molestos. Y cuanto más envejecemos, más podemos sentir empatía.

Enseñar empatía no solo hace que los niños sean más competentes emocional y socialmente; también puede ayudarlos a ser ciudadanos más exitosos y en funcionamiento en el futuro. Un estudio reciente de Duke y Penn State siguió a más de 750 personas durante 20 años y descubrió que aquellos que podían compartir y ayudar a otros niños en el jardín de infantes tenían más probabilidades de graduarse de la escuela secundaria y tener trabajos a tiempo completo. Los estudiantes que no eran tan competentes socialmente tenían más probabilidades de abandonar la escuela, ir a la sala de menores o necesitar ayuda del gobierno. Las personas empáticas también son más propensas a ayudar a aquellos que ni siquiera conocen.

Autumn Williams trabaja con Ashoka, una red internacional de emprendedores sociales que recientemente ha dedicado considerable atención a fomentar la empatía en la educación. Como parte de su trabajo, ha identificado más de 200 escuelas a nivel internacional que fomentan activamente la empatía, incluido Golestan, el primer preescolar de la red. Williams dice que la empatía juega un papel crucial en la creación de cambios positivos y la solución de problemas sistémicos profundamente arraigados, un hecho que la organización reconoció cuando miró más de cerca a los emprendedores sociales cuyo trabajo había estado apoyando en los últimos 30 años.

Tina Malti, profesora de psicología en la Universidad de Toronto y autora de un informe de 2016 que analiza las intervenciones escolares para promover la empatía en los niños, dice que nunca es demasiado tarde para aprender a sentir empatía. Aunque nuestra perspectiva se desarrolla dramáticamente en las primeras etapas de la vida, ayuda a moldear quiénes somos como adultos, siempre somos maleables.

¿Los animales ayudan a desarrollar la empatía?



La investigación sugiere que las personas que tienen un vínculo con una mascota son más empáticas. Un estudio reciente de la American Humane Association muestra que tener un animal en el aula, incluso un pez pequeño, aumenta los sentimientos de compasión y empatía de los alumnos hacia los demás. El informe también indica que la empatía está vinculada a la mejora de las interacciones sociales, la participación en clase y menos problemas de conducta en el aula.

Pero no se trata de traer un perro, se trata de enseñarle a un alumno cómo cuidar a otro ser humano.

Cuidar plantas y alimentos



Otra forma de generar empatía en el aula es cuidando plantas y alimentos. Les dan agua, luz solar y se encargan de ello todos los días. De esa forma, ellos realmente aprenden a apreciar estas plantas, las conocen y saben qué necesitan.

Por otra parte, es bueno enseñarles a agradecer todos los días -antes del desayuno y almuerzo- a la tierra por la comida que están a punto de comer.

Conocer otras culturas



La empatía también se trata de conectar con otras culturas. Por ejemplo, cada viernes los niños pueden aprender acerca de un país o cultura diferente, para que puedan relacionarse mejor con diferentes personas.