Finlandia encuentra la manera de combatir efectivamente el Bulling mediante un desarrollo propio que ahora exporta
KiVa es el nombre de un exitoso programa de investigación desarrollado por la Universidad de Turku, financiado y apoyado por el Ministerio de Educación y Cultura Finlandés, con un éxito tal, que hoy día ya ha sido traducido y licenciado a varios países.
En los últimos años, el Bulling o acoso escolar, se ha transformado en un problema de salud pública en todos los niveles educativos de la mayoría de países, atacando sobre todo a la población más vulnerable. Son ya muchos los casos que han salido a la palestra pública gracias a sus fatales desenlaces y aún más de los que no se ha hablado nunca.
El programa KiVa surgió como una necesidad de realizar esfuerzos para lograr resultados luego de más de una década de no poder acabar con los casos de acoso escolar. A partir del año 2006, el gobierno finlandés decide pedir a un grupo de investigadores de la Universidad de Turku que llevaba años estudiando las relaciones entre los niños, que diseñara una solución que permitiera acabar de forma definitiva con este problema y es así como en el año 2007 arranca el programa.
KiVa se fue poniendo en marcha aleatoriamente en varios colegios finlandeses, y fue años más tarde, cuando la universidad decidió realizar estudios para evaluar los resultados que se habían obtenido, cuando se dio cuenta del éxito inesperado... el programa, en el que participaron más de 230 centros y más de 30.000 estudiantes, había logrado reducir todos los tipos de acoso de manera significativa, desapareciendo en casi un 80% de los sitios donde había sido identificado.
A diferencia de otros métodos que se centran en la víctima y el acosador, KiVa busca cambiar las reglas de juego y los enfoques tradicionales. Dentro de la solución están ahora \"los otros\", todas esas personas que no participan, que son actores pasivos, que no acosan pero si observan y son testigos de lo que ocurre con cierta indiferencia para no buscarse problemas. El método sugiere que la actitud de la víctima no es tan clave como se piensa y que posiblemente tenga más peso el influir en los testigos. Cuando \"los otros\" no prestan atención al agresor, este pierde fuerza en su acoso, ya que el interés del resto es prácticamente nulo. KiVa postula que el objetivo es concientizar, apoyar, empatizar y así defender.
Durante la implantación del programa, los estudiantes reciben clases para reconocer las distintas formas de acoso y mejorar la convivencia, hay lecciones y trabajos referidas al respeto a los demás, a la empatía, a la convivencia. Cuentan adicionalmente con materiales de apoyo tales como manuales, videojuegos, entonos virtuales, reuniones y charlas con los padres, además de un buzón virtual para facilitar la denuncia de niños que no se atreven a exponer sus casos por miedo a los agresores y al que dirán de sus compañeros.
El proyecto ya ha recibido una gran cantidad de reconocimientos internacionales y ha sido exportado con éxito a países en todas partes del mundo, con resultados que no solo indican la reducción drástica del bulling, sinó también el aumento del bienestar escolar, la motivación por estudiar y la reducción de sentimientos como angustia y depresión.
